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domingo, 30 de agosto de 2015

August moon, where are the stars of the night?

Agosto no me dejó nada más que sentimientos encontrados y reflexiones corrosivas.

Hace un año atrás yo creí estar afrontando una realidad distinta en la cual el futuro florecería con una nueva etapa que marcaría diferencias desmedidas.
Pero, como siempre, la realidad es otra. Comencé a pensar sobre cómo puede cambiar tanto la vida en un año, a veces para mal, como en mi caso, increíblemente de sorpresa, pero a su vez, no te das cuenta porque vas afrontándolo día a día y esa rutina te consume al punto de adaptación.
Una de las deliberaciones que más me están agrediendo el cerebro es la forma en la cuál las relaciones se rompen-cortan de la noche a la mañana y acá le dejo lugar a la melancolía, y por qué no, a la bronca.
Es el punto donde las mentiras más asquerosamente repetitivas, si se quiere, alcanzan su grado culminante para luego desvanecerse en la nada; "Amigos por siempre" "Voy a estar cuando lo necesites" Y me pregunto, ¿es necesaria semejante hipocresía cuando no se te ocurre qué decir?
Es perturbador pensar que la vida consta de ciclos que van y vienen, se cierran, vuelven a empezar constantemente y son fugaces. Pero más pertubador aún es encontrarte en un estado estático en donde ves todo derrumbarse a tu alrededor e inevitablemente no poder hacer nada.

Agosto también me dejó una desilusión amarga, pero me dio una advertencia que me invitó a intentar por primera vez soltar algo que me hace mal. Construyó una muralla casi inquebrantable y fría alrededor mío, no quedó otra alternativa, y me vi inmersa en la desesperación, porque él es único que la puede derribar, pero no va a pasar, tener esa certeza es el inicio de la motivación consternante de bajar los brazos. Y de eso se trata, quizá: ¡Tiempo! Descanso. Un descanso de la angustia y una posibilidad de ponerme en primer lugar de nuevo.
Es frustrante, porque todo el tiempo vuelve a mí, pero debo aprender a bloquearlo.
No soy de esas personas que se preocupan por el ahora, yo siempre tengo mis ojos en el futuro.
Vuelvo a mis viejas adicciones, vuelvo a lo que creo que me hacía bien antes de conocerte.
Nos vemos en un año Agosto, espero que seas más propicio en el 2016.